Instituto Neurociencias para la Felicidad

Persona realizando técnicas somáticas de regulación emocional para sanar trauma.

Sanando Desde El Cuerpo Y La Mente: Neurociencias y Trauma

Durante muchos años, se creyó que el trauma era exclusivamente un problema mental, algo que residía en nuestros pensamientos y recuerdos. Sin embargo, gracias a los avances en neurociencias y terapias somáticas, hoy sabemos que «sanando desde el cuerpo y la mente» podemos lograr una recuperación profunda y duradera. Este nuevo entendimiento abre caminos más integrales y compasivos para abordar el trauma.

¿Qué es realmente el trauma?

El trauma no siempre es resultado de grandes eventos dramáticos. A veces, experiencias aparentemente pequeñas durante la infancia pueden dejar huellas profundas en nuestro sistema nervioso. Según Mariann Dávila, psicóloga clínica especializada en neurociencias aplicadas al trauma, muchas veces no reconocemos conscientemente estos eventos, pero nuestro cuerpo sí lo hace, almacenando memorias traumáticas que luego se expresan en ansiedad, insomnio, crisis de pánico y desconexión emocional.

Peter Levine, pionero en el campo de la somática y el trauma, señaló hace más de 30 años que el trauma es parte de la vida. Hoy, gracias a la neurociencia, podemos validar lo que intuitivamente ya sabíamos: que el cuerpo guarda la memoria emocional de nuestras experiencias pasadas.

Sanando Desde El Cuerpo Y La Mente: validación del cuerpo

La neurociencia ha demostrado que el trauma afecta físicamente al cerebro y al sistema nervioso. Eventos traumáticos pueden reducir la masa encefálica y generar daño cerebral en niños expuestos a violencia o negligencia, condicionando su desarrollo emocional y cognitivo a largo plazo. Este conocimiento ha transformado radicalmente la manera en que entendemos y tratamos el trauma, pasando de una visión exclusivamente mental a una integral que incorpora cuerpo y emoción.

Hoy, la neurociencia aplicada al trauma permite identificar respuestas automáticas del cuerpo, como la lucha, la huida o el colapso, explicando por qué algunas personas se sienten continuamente amenazadas o desconectadas, incluso cuando no existe peligro real en el presente.

La importancia de la regulación emocional

Una de las claves fundamentales en «sanando desde el cuerpo y la mente» es la regulación emocional. La desregulación del sistema nervioso, explica Mariann Dávila, se manifiesta en patrones como la hipervigilancia, la tensión muscular crónica, la disociación o la incapacidad para sentirse seguro en cualquier lugar.

La terapia somática trabaja precisamente desde el cuerpo para crear nuevas rutas neuronales de seguridad y calma. Técnicas como el Proceso de Sostener Puntos (PHP™), en lugar de revivir el trauma, ayudan a reorganizar suavemente los patrones internos, generando una experiencia distinta donde el cuerpo aprende a sentirse seguro y contenido nuevamente.

El cuerpo como vehículo para sanar desde la mente y el cuerpo

Nuestro cuerpo no solo alberga memorias traumáticas, sino que también posee una poderosa capacidad innata para sanarse. Según la teoría polivagal desarrollada por Stephen Porges, nuestro sistema nervioso está diseñado para buscar seguridad y conexión. La terapia somática aprovecha esta capacidad para reprogramar respuestas traumáticas desde adentro hacia afuera, proporcionando nuevas experiencias de calma y confianza.

Mariann Dávila resalta que no es necesario revivir el trauma para transformarlo. Lo esencial es ofrecer al cuerpo una experiencia de seguridad y contención, permitiendo que el sistema nervioso recupere su capacidad natural de autorregulación.

Adulto emergente: Sanando desde el cuerpo y la mente

Un concepto revolucionario que ha aportado la neurociencia al campo terapéutico es el del «adulto emergente», una etapa vital que se extiende hasta los 29 años. Esto cambia radicalmente nuestra comprensión del desarrollo emocional y cognitivo, enfatizando la importancia de acompañar a adolescentes y jóvenes adultos desde la compasión y la paciencia, evitando exigencias desmedidas que puedan agravar el trauma.

La neurociencia aplicada al trauma enfatiza que, para lograr una identidad adulta integrada y funcional, es vital abordar patrones traumáticos desde la adolescencia con herramientas somáticas, promoviendo un desarrollo cerebral saludable y resiliente.

Sanar desde el cuerpo: un acto de amor propio

El trauma no es una sentencia de por vida. Es posible transformarlo a través del cuerpo, reestableciendo la conexión perdida con nuestras emociones, sensaciones y memorias. La terapia somática enseña a escuchar al cuerpo, interpretando sus señales no como enemigos, sino como aliados que nos indican el camino hacia una sanación profunda y duradera.

Mariann Dávila concluye que «sanando desde el cuerpo y la mente» no es solo una cuestión técnica; es un acto profundo de amor propio y autocuidado. Es darle al cuerpo la oportunidad de reorganizarse desde la seguridad y la compasión, generando una nueva narrativa vital en la que podamos vivir plenamente y en armonía.

Sanar desde el cuerpo y la mente no es regresar al pasado para revivir el dolor, sino crear un presente seguro desde el cual podamos construir un futuro resiliente y lleno de vida.

¿Te reconoces en esta visión integradora y compasiva del trauma? El camino hacia la sanación está en tu cuerpo. Solo necesitas escucharlo.

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